El habilidoso atacante del Barcelona, quien estos días juega con la barba pintada de color claro, se quedó en paños menores después de un duelo amistoso con sus amigos al regalar camiseta y pantalón a los hinchas que lo aplaudían desde la tribuna. El espíritu navideño parece haber llegado a un Neymar que sólo se guardó los calzones.