La discusión en cuestión era la jugada polémica de la fecha, en la cual Julio Chiarini le cometió una clara falta a Franco Niell que el árbitro, Diego Abal, no consideró penal.

Entonces Nacho Goano, quien creía que no había sido falta, decidió apostar su celular primero y luego su zapato. Ante el consentimiento generalizado del panel sobre el error arbitral, y con la venia de Alina Moine, Nacho Goano debió seguir conduciendo sin su zapato derecho.