En el partido entre Udinese y Milan, el arquero visitante, Mike Maignan, abandonó el campo de juego en medio del partido al recibir insultos racistas por parte de la hinchada local, que estaba en la tribuna a su espalda.

Al minuto 34 el francés le avisó al árbitro, Maresca, lo que estaba sucediendo. Después Maignan se dirigió al banco para decirle a sus compañeros que se iba al vestuario.

Mientras por los parlantes del estadio se pedía que los cánticos pararan, en el túnel del vestuario Maignan fue interceptado para que pudiera volver al partido. 

Tras una pausa de más de cuatro minutos, el arquero volvió a su posición y el partido se reanudó.