Los tres mejores delanteros sudamericanos del momento saludaron a Mateo, un niño que sufre de espina bífida, y éste no se lo podía creer. Apenas recibió el mensaje se emocionó y no quiso seguir hablando, se fue a jugar al fútbol.

Según explica la Organización Mundial de la Salud, la espina bífida es una malformación congénita (llamada comúnmente defecto congénito) por la cual la columna vertebral no se desarrolla normalmente en las primeras semanas del embarazo.

Ello provoca daños permanentes en la médula espinal y el sistema nervioso y puede dar lugar a parálisis de los miembros inferiores o problemas funcionales del intestino y la vejiga.

La mayoría de los niños con espina bífida también desarrollan hidrocefalia, un trastorno que ocasiona la acumulación de líquido cefalorraquídeo en la cabeza y con ello un aumento de la presión y una expansión del cráneo a un tamaño mayor que el normal. También puede provocar convulsiones, visión tubular, discapacidad mental o muerte.