Los Jinkis, involucrados en el escándalo FIFA, serán enviados a esa prisión tras haberse presentado voluntariamente en tribunales ante el juez Bonadío. Serán sometidos a un juicio de extradición. El padre pidió prisión domiciliaria por su edad.

Los dos empresarios argentinos, que eran buscados en todo el mundo por Interpol, estaban prófugos en el marco de la causa que la Justicia estadounidense investiga sobre el pago de sobornos por más de 100 millones de dólares por los derechos de cuatro ediciones de Copa América.

Los Jinkis son dueños de la empresa Full Play, que maneja derechos de televisión de fútbol internacional. Ambos, junto a Alejandro Burzaco –el otro imputado– y la empresa Traffic Brasil, formaron Datisa, que es señalada en la investigación por el millonario pago de sobornos.