Germán Lauro lanzó la bala a 20,84 metros y consiguió un histórico sexto puesto entre ocho atletas en la Gran Final de la disciplina. El argentino, que nunca había disputado la final de un torneo mundial, obtuvo un diploma olímpico.

"Es una felicidad enorme, y darle una alegría a alguien es mucho mejor", dijo Lauro apenas concluida su participación histórica.

Con el antecedente de batir su propia marca, conseguir el récord nacional y sudamericano al lanzar la bala a 20,75 metros, Lauro disputó la gran final.

Ya en esa instancia, Germán llegó a la marca de 19,40 en el primer intento. Luego, en su segundo, llegó a los 20,82 metros, su mejor marca en la historia. Y en seguida, arrojó la bala a 20,84 para ubicarse en el sexto lugar del escalafón y meterse en la final reservada para ocho atletas.

Ya en el primer lanzamiento de tres, en la final por el podio y las medallas, Germán no abrió del todo su brazo y se quedó en su marca de 20,84, que no superó siquiera en los otros dos intentos. Pero mantuvo el sexto lugar con el que clasificó a la Gran Final.

Lauro, oriundo de Trenque Lauquen de 28 años, nunca había superado la ronda de clasificación ni en Juegos Olímpicos ni en Campeonatos del mundo. En Beijing 2008, finalizó en el puesto 32º.

El oro se lo llevó el polaco Tomasz Majewski, con una marca de 21.87 metros, seguido por el alemán David Storl , obtuvo la presea de plata con 21.86, y el estadounidense Reese Hoffa, con 21.23, completó el podio.

Carlos Llera, su entrenador, en diálogo con la Televisión Pública desde las gradas del estadio donde compitió Lauro, se mostró satisfecho: “Significa mucho para el atletismo nacional, lo que hizo Germán es histórico”.