Son las horas previas a la final de la Copa Libertadores de América y los hinchas de Boca viven su fiesta a cuenta, viajando a Río de Janeiro para acompañar al equipo en el Maracaná.

Pero aparecen los personajes inesperados, como el padre que se perdió el avión por comer milanesas con sus hijos -lo que para Diego Brancatelli es un signo irremediable de mala fortuna- o el astrólogo de Boca quien libra una batalla cósmica con los brasileños que quieren practicar brujería para dañar al plantel xeneize.

DR SIGUE LA LOCURA DE BOCA PARA LLEGAR A RIO