Oscar Ruggeri volvió a hacerlo, esta vez dejó expuesta naturalmente la estigmatización y demonización de una gorra. Fue cuando Sebastián Vignolo le puso una a Federico Bulos, que estaba a punto de debatirse a duelo ante el Cabezón en un partido de ping pong. 

Así se construye relato. La risa de todos los demás lo certifica.