Uno de los problemas que generó la reprogramación de la Superfinal de la Copa Libertadores fue que en muchos casos coincidió con casamientos, y mientras varias parejas decidieron adelantar, atrasar o hasta cambiar de día sus bodas, los cordobeses Romina e Ignacio no sólo no harán ninguna modificación, sino que además se niegan a poner una pantalla.

En varias entrevistas, ella ratificó que no pasarán el encuentro durante la fiesta, y hasta reveló que se enojó con aquellos invitados que le consultaron por esta posibilidad. “Yo acompaño”, respondió él, respecto de la decisión, mientras que la novia también argumento que el Superclásico coincidiría con el momento “del cotillón”.

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