Los rumores acerca de la homosexualidad de Fox eran conocidos por todos sus compañeros del equipo de lucha de la escuela secundaria de Iowa, de los cuales la mayoría no le daban importancia.

Pero cuando estos llegaron a oídos de su padre Ray, el mismísimo entrenador del equipo, éste se atrevió a preguntarle a su hijo delante de todo el equipo si los mismos eran ciertos. Para su sorpresa, Cole le contestó sin ningún tipo de tapujo: "Sí, es verdad, soy gay".

Cole nunca escondió su orientación sexual ante sus compañeros. El único que no estaba al tanto era su papá, Ray Fox. "Siempre había hecho comentarios muy homofóbicos y me di cuenta que los comentarios incluso incomodaban a mi madre, por eso decidí no compartirlo con él", contó tiempo después el joven Cole.

Luego de su declaración, Cole tomó la iniciativa de redactarle a puño una carta a Ray explicándole sus sentimientos. El joven explicó que sigue siendo el mismo chico y que le dará el tiempo que sea para que su padre acepte la realidad.

"Cualquier tipo de ira, humillación, tristeza o lo que sea que estés sintiendo, lo entiendo. Hasta donde yo sé, no tienes amigos o conocidos LGBTQ, así que supongo que esto es nuevo para ti. Solo quiero que sepas que me llevó 17 años aceptarme a mí mismo tal y como soy. Por eso voy a darte tiempo y espacio. No tenemos que hablar de esto ahora, pero puedes tocar el tema tanto como tú quieras, puedes hablar con mamá de esto, o incluso, si no eres capaz, puedes ignorar completamente esta carta. Y a pesar de todo esto, yo todavía te querré, independientemente de lo que pienses de mí o cómo te comportes".

Al parecer, Ray le hizo caso a su hijo y se tomó un viaje de tres días para aislarse y meditar al respecto.