Jonathan Copete, de Atlético Nacional de Medellín, se iba directo al gol frente al Barcelona de Guayaquil, por la Copa Libertadores, pero Máximo Banguera, el arquero, lo derribó, lo que se convertiría en una inminente expulsión.

Con la intención de no recibir la tarjeta roja, el portero improvisó una inesperada actuación, y desde el piso, simuló estar desmayado como para intentar así que el árbitro no lo eche del campo de juego.

Tuvo que ingresar el carrito de emergencia, mientras todos rodeaban al arquero. Lo más insólito es que nadie parecía estar preocupado, mientras Banguera permanecía inmóvil en el suelo.

Finalmente, el 1 se levantó, y el árbitro, que aparentemente no se creyó nada de nada, le mostró la tarjeta roja.