El expulsado fue el británico Chris Baird. El tipo pegó una patada cuando su equipo, Irlanda del Norte, atacaba y en el regreso cortó con una dura falta al jugador húngaro.

El árbitro español no dudó y le indicó que una amarilla era por el foul que vio pero no sancionó y la otra por la descalificadora patada desde atrás que cortó el avance del rival.

El partido terminó igualado en un gol y los del norte siguen líderes de su grupo.