Los Superclásicos suelen tener momentos pintorescos, cuando los protagonistas tienen una relación que antecede los duelos deportivos, como sucedió con Enzo Pérez y Marcos Rojo.

Ambos compartieron plantel en el Estudiantes de Alejandro Sabella que ganó la Copa Libertadores de América en 2009 y llegaron juntos a la final de la Copa del Mundo en Brasil 2014 con el seleccionado argentino bajo la dirección técnica del mismo entrenador.

La amistad no daña la rivalidad deportiva, y cuando el capitán de River remató al arco de Chiquito Romero y su disparo se convirtió en el primer gol ‘millonario’ tras el desvío en Salomón Rondón, no dudó en chicanear a su par de Boca en el festejo de la apertura del marcador.