Por partidos como el que jugaron Valencia y Sevilla se escucha la famosa frase ‘el fútbol es el deporte más lindo del mundo’. Es que claro, tuvo goles y emoción desde el comienzo hasta el cierre.  La llave parecía liquidada para un equipo, luego para el otro y finalmente se definió en el último minuto.
El encuentro de ida lo había ganado el Sevilla en el Sánchez Pizjuán por 2-0, con un horror arbitral: MBia abrió el marcador con un gol en clara posición adelanta. Juan Antonio Pizzi tuvo una semana para recuperar anímicamente a sus jugadores y prepararlos para dar vuelta el resultado en Mestalla.
El Valencia salió enchufadísimo y la remontada se gestó desde el arranque con un gol de Feghouli. Luego Jonas igualó la serie con un cabezazo y, en el complemento, el sueño parecía cumplirse gracias a Mathieu quien mandó a la red el balón tras impactarlo desde dentro del área chica sevillana.
Las lágrimas de alegría y felicidad brotaban en los 55.000 hinchas que colmaron el estadio, sin embargo todo se derrumbo en el minuto 93. Fazio peinó la pelota tras un lateral y Mbia desde su cabeza le dio el pasaje a la final al Sevilla. Sí Mbia, el mismo que en el encuentro de ida había anotado en claro offside, volvió a marcar otro tanto injusto, pero en este caso no por lo ilegal, sino porque los de Pizzi eran superiores y se quedaron sin nada.

Por partidos como el que jugaron Valencia y Sevilla se escucha la famosa frase ‘el fútbol es el deporte más lindo del mundo’. Es que claro, tuvo goles y emoción desde el comienzo hasta el cierre.  La llave parecía liquidada para un equipo, luego para el otro y finalmente se definió en el último minuto.

El encuentro de ida lo había ganado el Sevilla en el Sánchez Pizjuán por 2-0, con un horror arbitral: MBia abrió el marcador con un gol en clara posición adelanta. Juan Antonio Pizzi tuvo una semana para recuperar anímicamente a sus jugadores y prepararlos para dar vuelta el resultado en Mestalla.

El Valencia salió enchufadísimo y la remontada se gestó desde el arranque con un gol de Feghouli. Luego Jonas igualó la serie con un cabezazo y, en el complemento, el sueño parecía cumplirse gracias a Mathieu quien mandó a la red el balón tras impactarlo desde dentro del área chica sevillana.

Las lágrimas de alegría y felicidad brotaban en los 55.000 hinchas que colmaron el estadio, sin embargo todo se derrumbo en el minuto 93. Fazio peinó la pelota tras un lateral y Mbia desde su cabeza le dio el pasaje a la final al Sevilla. Sí Mbia, el mismo que en el encuentro de ida había anotado en claro offside, volvió a marcar otro tanto injusto, pero en este caso no por lo ilegal, sino porque los de Pizzi eran superiores y se quedaron sin nada.