Que Valentín Barco tiene un talento fuera de lo común no hay quien lo duda, pero Jorge Almirón encontró como hacer que ese desequilibrio tenga más sentido colectivo para Boca, al usarlo unos metros adelante de lo que acostumbraba. Así pasó de ser un lateral a mediocampista, y casi un puntero que se anima a pisar el área de enfrente.

Ya suelto, y sin tanta necesidad de recorrer metros para recuperar la posición puede dejar pinceladas como esta deliciosa pisada, con caño incluido, en el encuentro ante Defensa y Justicia en Florencio Varela.