Tras la violencia del miércoles de los seguidores de Donald Trump en el capitolio, jugadores, entrenadores y las propias franquicias se pronunciaron en contra.

Es más, en la previa del partido entre Miami Heat y Boston Celtics, además de que los planteles se arrodillaron para escuchar el himno, ambos equipos emitieron un comunicado conjunto en el que destacaron "la drástica diferencia de forma en que se trató a los manifestantes del movimiento 'Black Lives Matter' tras el asesinato de George Floyd a manos de la policía, el año pasado, y el aliento que se les dio a los manifestantes que actuaron ilegalmente".

Boston Celtics on Twitter


El gesto se repitió en otros encuentros de la NBA, y en las redes se multiplicaron las expresiones de repudio, una de las más claras fue la de la estrella Steph Curry.

Stephen Curry on Twitter


"¿Hoy te comió la lengua un gato?", tuteó al presidente en su cuenta de Twitter el astro, citando un posteo de Trump de julio, cuando calificaba de anarquistas y agitadores a los manifestantes de las marchas antirracistas.

Draymond Green, su compañero en los Golden, fue más duro: “No son jodidos manifestantes. Son unos jodidos terroristas. Esto muestra dónde está este país, dónde estuvo siempre y dónde probablemente se quedará, para ser sincero".

Otra de las figuras de la Liga, Paul George, de Los Angeles Clippers, expresó: “Hubiera sido ideal que la NBA se parara y no se jugara (por lo sucedido en el Capitolio)".

Durísimo lució el base Kyle Lowry, de Toronto, al asegurar sobre Donald Trump: "Ese hombre es un criminal, debería ser acusado. Les dijo a su gente que lo hicieran y alguien murió. Es una locura".

Otra vez, la NBA se puso al frente de los reclamos y críticas a una manera de hacer política. Porque todo gesto es político.