La salud de Diego Maradona una vez más pone en vilo al país. Y su recuperación es seguida minuto a minuto por periodistas apostados en la puerta, y por una serie variopinta de hinchas y curiosos que se acerca al lugar como si fuera el llamado de La Meca.

Por eso los médicos suelen dar partes para dar respuesta a la demanda incesante de noticias sobre su estado. Y como siempre sucede, termina desbordándolos la presión, el griterío, la ansiedad.

Pero algo pudieron decir.