A veces para los hinchas de equipos grandes puede parecerles una exageración o una reacción desmedida ante un título considerado menor. Pero para los seguidores de los clubes que nunca consiguieron una consagración, ser campeón es revivir en un instante años de acompañar al equipo soñando con una vuelta olímpica que nunca llega.

La imagen de Dady Brieva frente al televisor, junto a su hijo, viendo incrédulo como se hacía realidad algo tan esperado y quebrándose de la emoción cuando el Pollo Vignolo grita "Colón campeón", es una postal de la consagración sabalera.