Cuando tomó carrera los hinchas del tricolor paulista se dividieron entre los que temían un desenlace como el que ocurrió, y los que pensaban que desde esa distancia era imposible que el delantero del equipo de Belo Horizonte pudiera anotar.

Finalmente los miedos de los primeros se hicieron realidad -aunque para eso tuvieran que contar con una defensa del arquero poco feliz- y Hulk demostró por qué la fama que lo precede es tal y clavó una bomba de zurda que se metió en el ángulo derecho del equipo local.