Marcos Rojo es fanático de Estudiantes. Allí, surgió como jugador y lleva tatuados en su piel los colores del Pincha. Ayer, desde Manchester, se desahogó con ganas tras la victoria por 3-1 ante Gimnasia en el Bosque.

Vestido con una remera de Barcelona, celebró con todo el tercer gol y hasta se le escapó algún que otro insulto. Imperdible.