Así, España copa la final de la máxima competición europea, que por primera vez la disputarán dos equipos de la misma ciudad. Atlético Madrid y Real Madrid se verán las caras el 24 de mayo en Lisboa.

Pero mientras el Real Madrid busca su décimo título, el Atlético persigue un sueño que en 1974 acarició durante seis minutos, los que pasaron entre el gol de Luis Aragonés en el minuto 114 y el empate de Georg Schwarzenbeck, que llevó la definición de aquella final a un partido de repetición que el Bayern Múnich ganó dos días más tarde por 4-0.

Después del 0-0 de la ida, en Londres se esperaba una partida de ajedrez y los movimientos empezaron desde las formaciones, donde tanto el técnico del Chelsea, José Mourinho, como el del Atlético, Diego Simeone, plasmaron la batalla en la que se convirtió la eliminatoria desde el sorteo.

Adrián apareció por sorpresa en el once español, de donde desapareció un Raúl García. Pero algo sabía Simeone que no sabían los demás, como demostró el tanto del oportuno Adrián, que estuvo en todas las jugadas de peligro, justo dos minutos antes de que se cerrara la primera mitad.

Un toque delicioso de Tiago buscando la llegada de Juanfran, quien la devolvió al corazón del área y un remate con pique al suelo que se entra por el ángulo lejos de Schwarzer para delirio de los 2.500 atléticos presentes este miércoles en la fresca noche de la primavera londinense.

Mourinho había reído primero. En su once introdujo al veterano Ashley Cole en el lateral izquierdo y trasladó a César Azpilicueta al lado derecho del centro del campo. Eden Hazard, que regresó al equipo tras su lesión, se movió con libertad, pero sobre todo inquietó por la banda izquierda para castigo de Juanfran.

El belga es un hombre de talento y lo demostró con y sin pelota. Sin embargo, el tanto llegó por el lado derecho. Willian peleó un balón entre dos defensores, Azpilicueta interrumpió la jugada y metió un centro al área que tomó Fernando Torres, de nuevo titular en detrimento de Samuel Eto'o.

El español, exAtlético, pidió perdón con la manos en alto y no lo celebró. Todo lo contrario que los 40.000 hinchas ‘blues’, que con regularidad ven pasar aviones por encima de su coqueto estadio y se sentían ya subidos en uno rumbo a Lisboa. Al fin y al cabo, en un duelo tan cerrado, con dos equipos que apenas conceden oportunidades de gol, todo indicaba que el primero que acertara estaría en la final.

Pero el Atlético es un equipo con pasión, personalidad y una fe fanática en lo que hace. "Un gol nuestro vale mucho", habían advertido durante toda la semana los jugadores atléticos, convencidos de que antes o después marcarían.

Mourinho movió sus piezas nada más empezar la segunda parte. Apenas unos segundos después de que Courtois detuviera un cabezazo de Terry que era gol, Eto'o sustituyó a Cole. Pero el camerunés marcó el partido por algo que su técnico no quería, porque cinco minutos después de entrar al campo derribó dentro del área a Diego Costa. Penal.

El hispano-brasileño le puso emoción en la definición. Se acomodó el balón, se lo pensó, discutió con Terry, vio una tarjeta amarilla y luego marcó. Después, cruzó el campo para abrazarse con Simeone, el arquitecto de un Atlético con hechuras de campeón.

El Chelsea lo intentó, pero se encontró con Courtois y con un equipo sediento de gloria, que no sólo se conformó con volver a una final de Copa de Europa cuatro décadas después, sino que lo hizo a lo grande, incluso con un tercer gol ante el equipo dirigido por el "maestro de la defensa", Mourinho, que hoy perdió su cuarta semifinal de Champions consecutiva.

El tanto de Arda Turan dejó 20 minutos para disfrutar a los ‘atléticos’, aunque también un motivo de preocupación: la lesión en la misma jugada de Diego Costa. "Estoy bien", aseguraría luego el delantero. Ya tendrán tiempo de preocuparse de Costa, hoy fue un día de gozo para los ‘colchoneros’. Simeone le ganó la partida a Mourinho y su equipo está cada vez más cerca del cielo.

Formaciones:

Chelsea: Schwarzer; Azpilicueta, Ivanovic, Cahill, Cole; Schurrle, David Luiz, Ramires, Oscar; Willian y Torres. DT: José Mourinho.

Atlético Madrid: Courtois; Juanfran, Miranda, Godín, Filipe Luis; Tiago, Mario Suárez, Koke, Arda Turán, Adrián López; Diego Costa. DT: Diego Simeone.

Árbitro: Nicola Rizzoli (ITA).

Estadio: Stamford Bridge.