Brasil había hecho uno de los mejores primeros tiempos de la copa del mundo y superaba 1-0 a Colombia. Ya en la segunda mitad, el encuentro se hacía mucho más trabado y el visitante comenzaba a dominar la pelota.

Promediando el complemento, el juez español cobró una falta en favor del anfitrión. Parecía un poco lejos pero David Luiz la tomó con convicción.

Se conoce que el defensor central posee una gran pegada y que ya ha convertido goles de tiro libre en su club, el Chelsea inglés. El futbolista de prominente cabellera se paró cual jugador de rugby frente a la pelota. Tomó carrera. Y ejecutó con la punta interna de su botín derecho. Parábola extraña la que hizo el balón.

Consecuencia: el disparó descolocó a Ospina y se clavó en el ángulo superior izquierdo del arquero colombiano. Este gol no es casualidad sino causalidad. De la práctica. Del entrenamiento.

"Estoy todo el año practicando tiros libres en Chelsea, sabía que un día Dios me iba a bendecir", dijo David Luiz luego del triunfo de su equipo.

Una muestra de que la repetición de un remate puede hacer de este un tiro efectivo. Que puede darte una victoria. Que puede ser el pase a semifinales de un mundial.