El Real Madrid celebró su tercera victoria consecutiva en el estadio del Bayern, un escenario que históricamente era un infierno para el equipo blanco. En los últimos años se convirtió casi en un paraíso.

Fue un 2-1, pero el Real Madrid pudo haberse llevado una renta todavía mayor para el partido de vuelta, que se jugará el martes en el Santiago Bernabéu. Si certifica el pase la próxima semana, el equipo de Zinedine Zidane quedará a 90 minutos de levantar su tercera Champions consecutiva.

La eliminatoria arrancó con ambos equipos tanteándose, sin tomar riesgo alguno. Hay mucho respeto entre estos dos gigantes del fútbol y se notó en los primeros minutos. Tampoco ayudó el ritmo del partido, trabado con faltas e interrupciones constantes.

Joshua Kimmich adelantó al Bayern en el minuto 28 y el brasileño Marcelo (44') devolvió la igualdad al marcador antes del descanso. Marco Asensio (57') firmó el gol del triunfo en la segunda mitad, luego de un contragolpe fatal.

Para el Bayern las malas noticias también llegaron en forma de lesiones, con los cambios obligados en la primera parte de Arjen Robben (8') y Jerome Boateng (34').

La final se jugará el 26 de mayo en el Estadio Olímpico de Kiev, donde ya tiene un pie y medio el Liverpool tras ganar el martes 5-2 a la Roma en la ida de su semifinal.

El Real Madrid acumuló hasta 2012 nueve derrotas y dos empates en sus visitas al Bayern. Era como ir a ver al dentista. Desde entonces, tres partidos en la capital bávara y tres triunfos del Real Madrid: el de hoy, un 4-0 en 2014 y otro un 2-1 en 2017.