Al no ganar Boca, la noticia del fin de semana es que ninguno de los cinco líderes que había hasta la tercera fecha, pudo sumar tres puntos. Rafaela, que esperaba su oportunidad agazapado un poquito más abajo, aprovechó la volteada general y se subió arriba de todos. Lo mismo podría haber hecho San Lorenzo si se hubiera animado un poco más en la Bombonera.

Más allá de algún error en el final que le puso algo de emoción al clásico y algún detalle individual, Boca y San Lorenzo jugaron para aburrir a todos. Eso sucede, generalmente, cuando los dos ven un empate con demasiado cariño y no piensan con grandeza. Cuarta fecha, sumar en el clásico, seguir prendidos... Más o menos fue el análisis que hicieron tanto Falcioni como Asad para no poner ni una fichita de más sobre el paño.

Boca llevó el peso del desarrollo y San Lorenzo se dedicó a esperar. Pero Riquelme no tuvo mucha compañía y el visitante exageró con la espera, a veces hasta lo hizo demasiado retrasado. Por el buen momento por el que está pasando Gigliotti, San Lorenzo creyó que el punta, peleando solo arriba, podía resolverle los problemas. No pasó. Y no pesó Boca tampoco, que se fue a descansar con una sola jugada de peligro: un tiro libre de Riquelme que salió rozando el palo izquierdo.

La puntería que le faltó al 10 de Boca la mostró Méndez nada más que dos minutos después. El tiro libre del volante derecho de San Lorenzo pasó la barrera y entró limpito en el arco de Orión, que podría haber hecho algo más. Fue el primer gol que recibió Boca en el campeonato. Así que los de Falcioni se encontraron ante una situación inédita en el Apertura: remontar un resultado. El premio valía le pena: la punta en soledad.

Boca buscó pero sin locuras, tal vez porque encontró el empate apenas arrancó el segundo tiempo: pelota profunda de Riquelme para Clemente, centro del lateral, la baja Viatri de cabeza y la mete Cvitanich de palomita. Acá vale una aclaración porque el relator y el comentarista del Fútbol para Todos pudieron haber confundido al público, ya que dijeron que era off side porque Tula, que había quedado afuera de la cancha al ir a marcar a Clemente, no habilitaba. Sin embargo, el reglamento es muy claro: “Si un defensor sale del campo por cualquier motivo sin la autorización del árbitro, se le considerará, a efectos de determinar el fuera de juego, que está en su propia línea de meta o de banda hasta la siguiente interrupción del juego. Si el jugador abandona deliberadamente el terreno de juego, deberá ser amonestado en el siguiente momento en que el balón esté fuera de juego”. Así que el gol de Boca fue válido.

Después pudo ganarlo con Mouche o Viatri, pero entre Migliore y Palomino se las arreglaron para hacer salvadas sobre la línea. San Lorenzo, a esa altura, pedía por el final. Así terminaron los dos: sin heridas, pero con poca grandeza.