Argentina sabía de antemano que el viaje a Serbia para la semifinal de la Davis traía aparejado un par de complicaciones: Novak Djokovic y el dobles. El viernes zafó del número 1 del mundo por el cansancio acumulado tras la final del US Open. Un excelente Nalbandian y un excelente Del Potro se aprovecharon de los flojos rendimientos de Troicki y Tipsarevic y le pusieron un 2-0 esperanzador a la serie. Ya fue dicho que era una gran ventaja pero la eliminatoria estaba lejos de ser ganada.

Y el dobles fue tan difícil como se esperaba. Porque Chela y Mónaco jamás le encontraron la vuelta a Nenad Zimonjic, el 3 mundo en la especialidad. Y Troicki acompañó dignamente. Mientras la pareja argentina pudo sostener su servicio, hubo partido. Un partido que duró un set y medio. Porque Chela y Mónaco aguantaron saque a saque en el primero hasta llegar al tie break. El 7-4 para los serbios no bajoneó a los argentinos, que rápido consiguieron el primer quiebre del partido y se escaparon 4-1 en el segundo. Curiosamente, fue el final de la dupla visitante.

Zimonjic-Troicki enhebraron siete juegos seguidos para ganar el set y ponerse 2-0 en el tercero. Fue una ventaja irremontable y la serie quedó 2-1 para Argentina contra el campeón de la Davis y todo se decidirá mañana. En este caso no habrá incógnitas con Djokovic: va a jugar. Pero la duda es contra quién. Por reglamento, lo único que no puede suceder es que se vuelvan a cruzar los singlistas del viernes. Entonces el 1 del mundo abriría la jornada con Del Potro para tratar de igualar la serie. Si se da la lógica, Nalbandian y Tipsarevic decidirían uno de los finalistas de la Davis.