La camiseta más emblemática del fútbol argentino es sin dudas la número 10. Dicho dorsal pesa mucho en algunos clubes como en Boca, ya que lo usaron ídolos como Maradona, Riquelme y Tevez. Ahora, tras la polémica salida de Centurión, la diez quedó sin dueño. Pero este jueves salió alguien a reclamarla.

"Es una responsabilidad muy grande estar en este club, de los más importantes del mundo, y estoy preparado para asumirla. No quiero hablar mucho, solo quiero responder en la cancha. Y lógico que como volante quiero usar la '10'", sostuvo Edwin Cardona, el flamante refuerzo de jerarquía que llegó a préstamo proveniente de Monterrey de México. ¿Estará a la altura?

"No me interesa mucho lo extrafutbolístico, ya voy a demostrar lo que sé cuando juegue. Siempre me destaqué por la pegada, pero además le agregué sacrificio", explicó el colombiano, de 24 años.

Cardona se mostró "feliz" por "estar con tres colombianos". Explicó que "soy muy amigo de Sebastián Pérez -fue compañero en Atlético Nacional-, pero con Frank Fabra y Wilmar Barrios la relación es muy buena, compartimos muchos momentos en la selección. Se hace más fácil, es como estar en casa".

Por su parte, el zaguero central Paolo Goltz, a quien Boca le compró el pase a América de México, coincidió en que es una "responsabilidad" vestir con la camiseta del club "en el que quería estar" y prometió "liderazgo".

"Estoy donde quiero estar. Quería jugar acá. Sé lo que significa esta camiseta, por historia y actualidad. Estoy para sumar. Y una de mis características es el liderazgo, pero también hay otros líderes en este plantel", opinó el ex Lanús y Huracán.

Goltz, de 34 años, se entrenó esta jornada diferenciando por cuarto día consecutivo "por una fuerte contractura en su cuádriceps de la pierna izquierda", según informó el cuerpo médico del club.

En tanto, el delantero Cristian Espinoza, quien llegó a préstamo desde Villarreal de España, también sostuvo que es una "responsabilidad" jugar en Boca y se mostró "muy tranquilo" más allá de que algún momento se dudó de su contratación por una antigua lesión.

"Siempre estuve tranquilo porque la lesión era cosa del pasado. Es cierto que se estiró un poco más porque los dirigentes y el cuerpo médico querían estar seguros. Pero ya estoy acá, muy contento, y con ganas de jugar", explicó el ex Huracán de 22 años.

"Pero no será sencillo jugar en Boca. Es que la vara quedó muy alta, porque llegamos al último campeón del fútbol argentino", puntualizó.

Por último, el presidente Daniel Angelici destacó el nivel de los tres refuerzos y prometió un par de acá al 27 de agosto, fecha en el que cierra el libro de pases.

"Tenemos un plantel de jerarquía, estoy muy conforme, nos estamos armando muy bien. pero pueden llegar un par de jugadores más", adelantó.

"Las tres incorporaciones son muy importantes. Boca debe afrontar el torneo local y la Copa Argentina. Ahora debemos terminar de conformar el plantel para el año que viene, para jugar la Libertadores, que es el gran objetivo", cerró Angelici.