La falta de hambre es una fórmula muy usada para describir a un plantel que no tiene espíritu competitivo.

Y eso parece valer también para un equipo repleto de millonarios, con la carrera hecha y más gloria a sus espaldas que por delante.

Por eso el entrenador holandés, que conoce los pasillos del club, ya alertó al vestuario que el que quiera seguir tendrá que demostrarlo.