El primer encuentro del 2016 del Ciclo Cuerpos tuvo lugar en una tarde de domingo de marzo con tormenta. El sonido de la fuerza del agua se filtraba levemente en la sala del Club Cultural Matienzo, ubicado en Pringles 1249 en la Ciudad de Buenos Aires.

La lluvia acompañó esa tarde donde el eje estaba en las presencias y ausencias de los cuerpos proyectados en la pantalla. Las historias diversas se sucedieron unas a las otras, estimulando la vista y la necesidad de buscar sentidos ante cada nueva trama. Hombres solos que se superponen frente a una ventana y el transcurso de una vida, sombras que suben por las escaleras, fantasmas recortados en la memoria, formas digitales que adquieren un ritmo animista ante cuerpos que se mueven, se transforman, se esconden y se revelan. 

"El ciclo surgió por una fuerte necesidad de mostrar trabajos que normalmente no tienen un espacio de exhibición. Específicamente queríamos difundir Trace, un vídeo dirigido por Daniel (Bohm) y producido por Laura (Arensburg). Luego de explorar un poco el panorama existente decidimos armar un espacio nosotros mismos. Allí nació Ciclo Cuerpos. Y el Club Cultural Matienzo nos recibió con mucho entusiasmo. Trajimos un público nuevo y una sala siempre llena", destacan los organizadores.

Cuando les consultamos sobre el motor que dio origen a la propuesta, no dudaron en subrayar que: "Lo hicimos a partir de nuestros intereses, de nuestra curiosidad. Aunque aquel trabajo inicial podía ser considerado vídeodanza, decidimos incluir también otros vídeos que nos dijeran algo más sobre el cuerpo, en términos bastante generales. Esa generalidad se va expandiendo en cada función. No quisimos limitarnos al vídeodanza, ni tampoco al vídeo experimental. Fuimos sumando cortos narrativos y también documentales. No lo consideramos realmente un cambio, sino más bien un camino natural que tiene que ver con nuestros intereses".

Ante la versatilidad de la propuesta, la curaduría se vuelve todo un desafío, Bohm y Arensburg plantean que "El proceso de selección es difícil de describir. Vemos vídeos, todos los que podemos, y vamos armando grupos entre los que nos gustan: grupos temáticos o formales, o que sentimos instintivamente que comparten un eje. Nos dejamos llevar por la intuición: son los despotismos del curador. Para la próxima función de mayo le cedimos la batuta curatorial a un director que nos encanta, Paulo Pécora, para no sentir que somos los únicos déspotas. Y para seguir abriendo el juego con la mirada puesta en eso llamado cuerpo".

Fotograma de "La reina" de Manuel Abramovich que se proyectará el próximo 22 de mayo

Sobre el próximo encuentro destacan de la curaduría de Pécora: "La selección de vídeos que hizo nos sorprende muy positivamente, porque algunos son vídeos que conocemos, que nos gustan mucho pero que nunca se nos hubiera ocurrido programar. En realidad tienen mucho que ver con la idea del ciclo. Paulo eligió vídeos de todo tipo y color: algunos experimentales, otros cercanos al vídeodanza, más narrativos, documentales, e incluso un corto en super 8mm, que se proyectará en fílmico. Es algo que ya hicimos en otras funciones y mezclar formatos nos gusta mucho. Y es muy genial que venga un viento refrescante que te permite ir más allá. Por eso, es probable que este año invitemos a otros curadores".

Al finalizar esa primera tarde del ciclo, en 2016,  el público se sumó a realizar preguntas sobre lo que había visto junto a algunos de los directores presentes y uno de los interrogantes que surgió fue qué es la vídeodanza y su carácter muchas veces difuso: "Nos gusta la frase que Rodrigo Alonso usa para “no-definir” al vídeodanza: es un género bastardo. Bastardo en el sentido (despectivo) de hijo-no-deseado. No deseado por el cine, ni por el vídeo arte, ni por la danza", indican  Bohm y Arensburg. Y agregan: "En resumen, no creemos que el vídeodanza sea un género en sí mismo, sino un trabajo audiovisual en el que el cuerpo es el elemento constitutivo. Es ese cuerpo mirado, filmado, escuchado, el que genera una obra nueva, que se ubica, quizá, en el otro extremo de la pieza escénica registrada en vídeo. A la vez entendemos que no todo el mundo comparte esta mirada. El vídeodanza, además, podría considerarse un subgénero del vídeo experimental. Por eso nos parece más interesante ver o crear un video que pensar a qué género pertenece".

La instancia de diálogo entre los organizadores,  los autores de las piezas y el público tiene, para Bohm y Arensburg, el acento puesto en la difusión: "El vídeo experimental o el vídeodanza, entre otros, son géneros poco difundidos. Nos pareció bueno generar un espacio para desmitificarlos. Sacarse algunas dudas, o crearlas. Ver que a otros les pasan parecidas, o muy distintas… Y que todo eso ¡está bien! Sacarse los miedos al ver esos vídeos raros. Hay gente que al ver obras de arte que no entiende se va a la casa sin darle más vueltas. Poder charlarlo siempre nos pareció enriquecedor, tanto en una visita guiada en el museo como en una charla después de una peli del Bafici. Que el autor, el programador o curador y mis co-espectadores, hablen de lo que les pasó en cada instancia puede complementar la proyección y darle una forma más circular".

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Próximo encuentro Ciclo Cuerpos

22 de mayo - 19.30 hs- Curador Invitado Paulo Pécora.  FUNCIÓN PÚBLICA Y GRATUITA.

Club Cultural Matienzo- Pringles 1249 CABA

Programa: