Los integrantes de la orquesta Sinfónica nacional vienen denunciando hace algunos días los incumplimientos salariales que el ministerio de Cultura, que conduce Pablo Avelluto, mantiene con los músicos y trabajadores de la orquesta nacional.

Un símbolo internacional de la cultura argentina como lo es Martha Argerich, llegó a al país para compartir una serie de conciertos con Daniel Barenboim y al enterarse de la problemática decidió compartir una carta en la que define como "lamentable" la actuación de las autoridades.

"Queremos expresar nuestra profunda preocupación ante la suspensión de nuestros conciertos de los días 26 y 28 de julio de 2017 en la sala sinfónica del CCK.
Luego de la renuncia del maestro F. Rettig las autoridades del Ministerio de cultura, como es de rigor en estos casos, debían, ya que aún se contaba con tiempo suficiente, reprogramar las fechas y encargar la dirección a otro maestro del ámbito nacional un programa que incluyera la obra con la solista invitada, la soprano Jaquelina Livieri y de ese modo no faltar también al compromiso con ella ni con nuestro público ni con la programación del CCK. Pero no fue así, como respuesta se nos comunicó el viernes 21 a la tarde la cancelación de ambos conciertos, con lo cual se evidenció una clara falta de interés de parte de las autoridades ya que no creemos que se hayan agotado las instancias para que otro maestro asumiera las presentaciones", escribieron en su sitio oficial.

Como una manera de mostrar su preocupación, en sus últimas actuaciones en el Centro Cultural Kirchner el organismo más importante del país se presentó en ropa de calle. Aunque la realidad ahora muestra que muchos eligen dejar la formación para desempeñarse en otras orquestas que si pagan, como la Banda de la Policía Metropolitana.

“Estamos viviendo un vaciamiento artístico de la orquesta, por varios motivos. El principal, el salarial. Esto produce que para los concursos, los mejores candidatos se vayan al Colón. O a orquestas del interior, porque hoy por hoy la nuestra es la orquesta peor paga de todo el país. Tanto, que los músicos de nuestra orquesta se van a tocar a la Banda de la Policía Metropolitana, porque allí se paga más, y además, se paga puntualmente”, revelaron.

El 23 de julio, el director de la orquesta, el maestro chileno Francisco Rettig, compartió su carta de renuncia luego de un episodio vergonzoso y en solidaridad con las problemáticas de sus colegas. A continuación, su descargo.

Alguien tiene que decir basta

El mayor estímulo e impulso a mi carrera lo recibí siempre de maestros argentinos. Lo anterior, sumado a tantos años que he venido trabajando con la Orquesta Sinfónica Nacional, no hace sino que reafirmar mi compromiso con esta destacada agrupación sinfónica. Desde años he sido considerado un amigo de la Orquesta y, como tal, es que en algún momento alguien tiene que decir BASTA con las irregularidades a las que se ve sometida.

El problema que acabo de tener, que tienen otros distinguidos colegas, y que me hizo cancelar mi participación en los conciertos de estos días, es menor frente al que tienen muchos de sus integrantes que, por meses no han cobrado sus salarios. Cancelaciones de conciertos, compromisos nacionales e internacionales, la falta de presencia territorial de una orquesta que tiene el carácter de nacional, etc…

A un artista al que se le exige un rendimiento al 100%, también se le deben proporcionar las condiciones para que lo haga; y éstas no estaban, no obstante estos Conciertos estaban confirmados hace meses.

Sepan que he venido como amigo, aún cuando no se me han pagado tres Conciertos desde el 2015. Yo respeto la palabra empeñada y así lo hice. Lo contrario no sucedió y no hubo ninguna capacidad de gestión para solucionar temas muy fáciles. Tanto es así, que nadie sabía quién hizo (o no hizo) la reserva hotelera y al final tuve que responder yo por la cuenta. Así, no me es posible rendir profesionalmente, dar a la orquesta y al público lo que seriamente merecen.

Les expreso mi tristeza por esta situación, pero, al mismo tiempo, mi fuerte reclamo a la autoridad pertinente, que no sólo no ha cumplido conmigo, sino con esta prestigiosa y querida orquesta.

Definitivamente, no puedo seguir participando de las temporadas y conciertos, haciendo como si todo funcionara y estuviera bien, pues las actuales condiciones distan mucho de aquello.