“En mi, especialmente, no por modestia, jugó mucho la suerte. Siempre estuve en el lugar donde debía estar, nunca acepté algo que no quería hacer. Creo que además de todo lo que a un actor le puede pasar, a mí me pasaron cosas…especiales” contó la actriz en una entrevista hace varios años para hablar de su carrera.

"El talento está bien, pero hay que ser útil en la vida" solía decir la intérprete de obras de Chéjov, Max Frisch y Brecht en los inicios de su carrera que luego adquirió fama y reconomiento  internacional.

Cipe no sólo se lucía por su talento sobre las tablas sino también en su participación en campañas por los derechos humanos que le valieron mayor admiración entre colegas y la sociedad argentina.

Hija de inmigrantes intelectuales rusos, Lincovsky tuvo un temprano contacto con los escenarios: "Cuando mi papá llegó a la Argentina abrió una escuela, luego una biblioteca y finalmente un teatro".

Fue nombrada ciudadana ilustre por la ciudad y reconocida por las Abuelas de Plaza de Mayo. Recibió numerosísimos premios internacionales entre ellos el Premio San Sebastián como Mejor Actriz compartido con Liv Ullman, por su actuación en “La amiga” (1988). Uno de sus últimos premios fue en el 2005 cuando le otorgaron el “Gran Premio a la trayectoria artística” Fondo Nacional de las Artes.También se destacó por sus recitales, que recuerdan los espectáculos del cabaret literario judío-alemán de entreguerras, basados en un collage de textos.

Su salud se vio afectada seriamente hace una década cuando tuvo un accidente en el Teatro Argentino en La Plata: “Me caí por 13 escalones del teatro Argentino, en La Plata. Fue una larga rehabilitación de más de un año. Es un tiempo muy extraño en mi vida, un paréntesis muy extraño”.  Pero la dialisis no impidió que siguiera hasta el final de su vida con su pasión que siempre fue la actuación.