Pocas veces se vivió un sacudón así en las redes sociales tradicionales. Twitter, la que red que se volvió la residencia mundial de la opinión pública, pasar por horas dramáticas desde que el magnate Elon Musk adquirió la compañía.

La intención del dueño de Tesla es crear un nuevo “Twitter 2.0 rompedor”, lo que forzará cambios que muchos de sus empleados no están de acuerdo. 

Como parte de un plan de reconversión, el multimillonario de los viajes al espacio, despidió a todos los empleados que estaban bajo la modalidad de contrato y anunció que quienes no estuvieran de acuerdo con su esquema deberían presentar su renuncia indeclinable por una indemnización de apenas tres meses de sueldo.

Las renuncias masivas se dan en ese contexto, ya que la fecha límite que enunció Musk eran las 5 de la tarde de ayer. 

Hay dudas respecto de cómo funcionará la red social estos días, quizás la más estable de todas las que operan en la actualidad. 

Elon Musk busca cambiar las políticas de comunicación desde hace años y la compra de Twitter va en ese sentido. 

El empresario ha despertado furor entre personas que ven con buenos ojos los intentos de impulsar la humanidad hacia empresas como la de instalar bases en el espacio. En contracara, estos accionares de políticas de empleo brutal y que pone a las personas a la merced de los caprichos de empresarios que, en su camino, no reparan ni en sus empleados ni en las necesidades sociales de un mundo convulsionado.