La fiebre hemorrágica argentina (FHA), denominada mal de los rastrojos, es una enfermedad viral zoonótica, que produce una fiebre hemorrágica viral y tiene como vector natural a una especie de roedor denominada laucha del maíz o ratón maicero (Calomys musculinus).

Los síntomas se intensifican menos de una semana después de la infección, forzando al infectado a acostarse, produciéndose cada vez más fuertes síntomas de alteración vasculares, renales, hematológicos y neurológicos, y tiene una mortalidad que alcanza a uno de cada tres infectados.

Dado que es una enfermedad endémica en nuestro país, desde mediados del siglo pasado se utiliza el mismo método para combatirla: se les infunde a los pacientes suero extraído de sobrevivientes que contenga los anticuerpos contra el virus.

Ahora, la OMS estudia utilizar el mismo método para tratar de frenar el virus del Ébola, que algunos países de África está cobrando una dimensión catastrófica. Por eso, pidió formalmente el asesoramiento del Instituto Nacional de Enfermedades Virales Humanas 'Dr. Julio Maiztegui' para impulsar esta terapia.

El viceministro de Salud de la Nación, Jaime Lazovski, confirmó el pedido y señaló que "la cooperación está en curso. David Wood, de la OMS, está haciendo videoconferencias con los especialistas del Instituto Maiztegui sobre los detalles de la preparación del suero hiperinmune y los procedimientos de concentración de anticuerpos".

Según informa el diario La Nación, ese instituto ya envió los protocolos que se siguen en el mal de los rastrojos a Ginebra y los técnicos de la OMS están preparando protocolos propios contra el Ébola, que luego regresarán a la Argentina para que sean revisados.