Lucía Capello y Vanessa Zuin, egresadas de la Facultad de Arquitectura, Urbanismo y Diseño de la Universidad Nacional de Córdoba, desarrollaron un dispositivo médico que permite detectar las venas de manera no invasiva utilizando luz infrarroja.

Se trata de un detector y proyector de venas que funciona por luz infrarroja, pensado específicamente para ser usado en pacientes ambulatorios sometidos a quimioterapia intravenosa y hemodiálisis, aunque también puede extenderse para uso general.

El objetivo es mejorar la calidad de atención en estos casos, evitando así la situación de estrés generada en personas con difícil acceso venoso, que reciben punciones con una alta frecuencia debido a tratamientos crónicos o prolongados, incluso en casos de niños y ancianos.

Según se explica en la web de la universidad cordobesa, el novedoso equipo consta de un sistema digital de adquisición, procesamiento y proyección de imagen.

La zona en la que se desea intervenir –antebrazo o dorso de la mano– es iluminada con luz infrarroja y la imagen generada es capturada y “escaneada” a través de una cámara de video y luego procesada digitalmente.

Durante el proceso se elimina automáticamente la información innecesaria a través de filtros ópticos y digitales, lo que asegura la fidelidad de la imagen obtenida y aumenta al máximo el éxito de la punción.

Finalmente se obtiene una imagen “esqueletizada” que se proyecta sobre la piel, en la que se puede apreciar claramente el patrón venoso porque luz infrarroja cercana (tiene una longitud de onda de 720 a 740 nanómetros) penetra a niveles muy profundos de la piel y llega al tejido subcutáneo.

Además, el aparato está diseñado para acceder de manera frontal o lateral al paciente, quien generalmente está sentado en un sillón en el que debe permanecer inmóvil. Es regulable en altura para poder adaptarse al nivel de los apoyabrazos del sillón que se use, y tiene una base triangular que permite acercarse al máximo a la butaca, sin interferir con la actividad.