A solo horas de iniciarse el traslado del Arsat-1 desde San Carlos de Bariloche, donde fue fabricado, hasta la Guayana Francesa para su lanzamiento en octubre, funcionarios del gobierno nacional expresaron su satisfacción y consideraron el  acontecimiento como un logro histórico del  "modelo de crecimiento, desarrollo, e inclusión social que lleva adelante la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner".
El ministro de Planificación, Julio de Vido,  manifestó  através de un comunicado que  "es producto de la decisión estratégica que trazo Néstor Kirchner en pos de implementar una política comunicaciones y aeroespacial inclusiva, soberana y con fuerte impulso a la industria nacional y a las capacidades de los técnicos argentinos".
De Vido sostuvo  que de esta manera la "Argentina ratifica su pertenencia al selecto grupo de diez naciones en el mundo con capacidad de construir sus propios satélites, algo que hace poco más de una década parecía imposible de lograr”.
“Este camino hacia la soberanía satelital fue iniciado por el presidente Néstor Kirchner, cuando tomó la decisión estratégica de recuperar la gestión del espacio radioeléctrico -cedida en los noventa a la empresa francesa Thales Spectrum- y anular la concesión de la posición orbital 81 a la empresa Nahuelsat, frente al riesgo de perderla por falta de uso”, subrayó.
Y agregó: “Esta misma convicción política se manifestó en la posterior creación de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT) para llevar adelante la política de telecomunicaciones de nuestro país, frente al desafiante objetivo de construir un satélite de telecomunicaciones propio que ocupará las posiciones orbitales asignadas a la Argentina”.
“Por decisión del Gobierno Nacional, se dejarían de alquilar satélites en el exterior, como históricamente se había hecho. Así comenzó el diseño y la construcción del ARSAT-1 junto a la empresa INVAP, que realizó un trabajo de investigación y desarrollo excepcional, digno de una firma de primer nivel a escala mundial”, concluyó.
Por su parte el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, destacó desde el aeropuerto de Bariloche que la producción de un satélite argentino como el ARSAT1 responde a una "política de Estado" y consideró que "el pueblo argentino debe estar orgulloso de los científicos" que llevaron adelante este emprendimiento. "Muchas veces se pretende denostar al Estado, pero de este emprendimiento participaron dos empresas del Estado como ARSAT e INVAP, por lo que Argentina es uno de los ocho países con esta tecnología", indicó.

A solo horas de iniciarse el traslado del Arsat-1 desde San Carlos de Bariloche, donde fue fabricado, hasta la Guayana Francesa para su lanzamiento en octubre, funcionarios del gobierno nacional expresaron su satisfacción y consideraron el  acontecimiento como un logro histórico del  "modelo de crecimiento, desarrollo, e inclusión social que lleva adelante la presidenta de la Nación, Cristina Fernández de Kirchner".

El ministro de Planificación, Julio de Vido,  manifestó  através de un comunicado que  "es producto de la decisión estratégica que trazo Néstor Kirchner en pos de implementar una política comunicaciones y aeroespacial inclusiva, soberana y con fuerte impulso a la industria nacional y a las capacidades de los técnicos argentinos".

De Vido sostuvo  que de esta manera la "Argentina ratifica su pertenencia al selecto grupo de diez naciones en el mundo con capacidad de construir sus propios satélites, algo que hace poco más de una década parecía imposible de lograr”.

“Este camino hacia la soberanía satelital fue iniciado por el presidente Néstor Kirchner, cuando tomó la decisión estratégica de recuperar la gestión del espacio radioeléctrico -cedida en los noventa a la empresa francesa Thales Spectrum- y anular la concesión de la posición orbital 81 a la empresa Nahuelsat, frente al riesgo de perderla por falta de uso”, subrayó.

Y agregó: “Esta misma convicción política se manifestó en la posterior creación de la Empresa Argentina de Soluciones Satelitales (ARSAT) para llevar adelante la política de telecomunicaciones de nuestro país, frente al desafiante objetivo de construir un satélite de telecomunicaciones propio que ocupará las posiciones orbitales asignadas a la Argentina”.

“Por decisión del Gobierno Nacional, se dejarían de alquilar satélites en el exterior, como históricamente se había hecho. Así comenzó el diseño y la construcción del ARSAT-1 junto a la empresa INVAP, que realizó un trabajo de investigación y desarrollo excepcional, digno de una firma de primer nivel a escala mundial”, concluyó.

Por su parte el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, destacó desde el aeropuerto de Bariloche que la producción de un satélite argentino como el Arsat-1 responde a una "política de Estado" y consideró que "el pueblo argentino debe estar orgulloso de los científicos" que llevaron adelante este emprendimiento.

"Muchas veces se pretende denostar al Estado, pero de este emprendimiento participaron dos empresas del Estado como ARSAT e INVAP, por lo que Argentina es uno de los ocho países con esta tecnología", indicó.