"Nos quedamos muy sorprendidos cuando nos dimos cuenta de lo que habíamos encontrado", aseguró el autor principal del trabajo, Xavier Dumusque.

Es que este nuevo mundo, indicó el científico, incumple las teorías que determinan que un planeta tan grande capta tanto gas hidrógeno durante su formación que no puede más que convertirse en un gigante gaseoso similar a Júpiter.

Según informa la agencia Europa Press, la recién descubierta 'mega-Tierra' circunda una estrella similar al Sol una vez cada 45 días, se encuentra a 560 años luz de nuestro planeta en la constelación Draco y tiene un diámetro de cerca de 29.000 kilómetros, 2,3 veces más grande que la Tierra.

El gigante fue denominado como Kepler-10c ya que fue descubierto originalmente por la nave espacial Kepler de la NASA, una sonda que busca planetas fuera del Sistema Solar.

Según los investigadores, el Kepler-10c debe tener una composición densa de rocas y otros sólidos, e indicaron que las teorías de formación de planetas tienen dificultades para explicar cómo se pudo desarrollar un mundo rocoso tan grande.