Jorge Lanata se enojó con Diario Registrado, una vez más, simplemente por hacer una nota de una afirmación suya. En este caso comparar los atentados de Montoneros, entre otras agrupaciones setentistas de Argentina, con lo sucedido en Francia y la muerte de 12 integrantes de la revista Charlie Hebdo, a manos de grupos extremistas ligados, aparentemente, con Al Qaeda.

Diego Leuco, su compañero de radio, ni bien lo escuchó le retrucó que no era lo mismo "armas, versus armas" que "armas versus lápices", y aquí está el meollo de la situación. Tanto Leuco como Lanata pusieron en la misma categoría a los grupos de izquierda argentina y al Terrorismo de Estado. El diario, en ese contexto, sólo señaló que igualarlos, era un error.

Lanata no dijo, sino hasta hoy, que se refería a los "atentados" que los grupos de izquierda argentina hicieron antes de la última dictadura cívico militar (aunque olvidó mencionar a la célula paramilitar, la Triple A).

Si compara el accionar de un grupo armado con el terrorismo de estado y el uso de todas sus fuerzas represivas contra la sociedad civil para eliminar "de manera ilegal" lo que se suponía eran enemigos del orden social, estaría avalando la teoría de los dos demonios.

Pero aquí la pregunta es ¿por qué Lanata insiste en hacer esta comparación? ¿Por qué insiste en sostener que desde algunos sectores (suponemos que se refiere al Gobierno Nacional) se endiosa a los sectores de izquierda de los `70, pero actualmente se repudia un atentado contra una revista en Francia?

La derecha detrás del terrorismo

Agarrarse solamente de los actos terroristas de los grupos extremistas sobre la población civil, es como ver el árbol y no el bosque. Porque siempre detrás de estos actos hay quienes sacan su tajada del desborde social y la búsqueda de justicia a cualquier costo.

En Europa la ultraderecha se relame a la espera de una posible "venganza". Y es el movimiento de Marine Le Pen, el que parece necesitar del caos para aparecer con la "mágica" y violenta solución de la mano dura.

Es que el atentado del grupo islamista musulmán contra la revista de humor político, no hace más que ubicar en la comunidad inmigrante a los responsables de una verdadera masacre, incluso pidiendo su muerte con una legitimación social.

P. d.: El director de Diario Registrado no es Javier Romero desde hace más de dos años. Si es que informar como corresponde es la tarea.