El hecho, que más que un castigo o una forma de que el niño "entienda" fue una tortura, derivó en la detención del joven de 20 años que sería su padrastro tras la denuncia de los vecinos que vieron su accionar y lo denunciaron a la policía local, en la localidad de Limpio.

El bebé de tres años de edad fue llevado al Hospital Pediátrico Niños de Acosta Ñú, donde se confirmó que había sufrido quemaduras de primer grado. La decisión de la justicia fue dejar al niño en custodia de su madre, quien tiene otro hijo recién nacido.

En declaraciones reproducidas por el sitio eltribuno.info, el detenido le echó la culpa a su abuela: "El niño orinó en la cama y mi abuela me dijo que le queme para curarle con el fuego para que no orine más, yo no quería hacerlo, estaba dudando, mi abuela me obligó, ella vio cuando hice eso y me dijo que después le ponga pomada", relató desde la celda.