La postal del Centro Cultural Kirchner que nos quedó en la memoria ya se esfumó, como en un cuento de hadas, cuando el villano dispersó a la población de este castillo inmaculado, habitado por los artistas más renombrados, así como los que la pelean por los circuitos under para difundir su arte.

Gratis para quien quisiera acceder a los espectáculos, la administración anterior desarrolló en 7 meses 2300 actividades, empleando a 6 mil artistas y llegando a más de 750 mil espectadores. La actual, ni siquiera tiene proyectos. Es más, el Gobierno había anunciado en los medios y en la página oficial la reapertura para el 4 de febrero, pero los pasillos siguen vacíos.

Si bien la situación de los cesanteados es preocupante, la visión de cultura que trasciende de las nuevas autoridades es bastante polémica. Un delegado de los trabajadores que 'sobrevivieron' a los masivos despidos del espacio, replicó palabras de la secretaria de Contenidos, Gabriela Ricardes, expuestas en una reunión con ellos: “No hay apuro en abrir”, pronunció.

Sin embargo, ese textual no es el peor. La misma fuente reveló que “no hay programación ni nada que diseñar. Lo único que están haciendo es convertir al lugar en ministerio, en espacio de oficinas. Aparentemente no hay avances en la programación, va muy lento todo”, describió al tiempo que advirtió sobre rumores que configuran una posible tercerización, es decir que “le darán el negocio a otro”.

Aún trabajando en el edificio, se encuentran el personal de limpieza, el de mantenimiento, trabajadores del Ministerio de Planificación (en condiciones muy endebles) y obreros que reparan baños, ascensores antiguos, el subsuelo y la Ballena Azul.

Una paradoja es que mientras el Estado acusaba de “ñoquis” a los trabajadores, jamás gestionó para que se les otorgaran funciones: “Irónicamente, los que estamos con esperanzas de continuidad nos sentimos un poco ñoquis: no tenemos referentes ni funciones ni puestos. Nos dicen que esperemos”, le dijo una trabajadora de Planificación a Página 12.

El otro entrevistado, el delegado, representa a los trabajadores que fueron despedidos, que pertenecían al Ministerio de Cultura. El intuye que “no hay programación ni nada que diseñar”, por ende los trabajadores que conservan –al menos por ahora– su trabajo no tienen “nada que hacer”. Por otra parte, informa que salas que funcionaban para muestras se convirtieron en oficinas. “Lo único que están haciendo es convertir al lugar en ministerio, en espacio de oficinas. Aparentemente no hay avances en la programación, va muy lento todo”, subraya. Hay rumores de que tercerizarán la programación, de que “le darán el negocio a otro”.

IMPORTANTE:Seguimos denunciando que el Gobierno no tiene intenciones de abrir el Centro Cultural Kirchner, al menos en...

Posted by Trabajadores del Centro Cultural Kirchner on Martes, 16 de febrero de 2016