En Diario Registrado ya hemos detectados muchos casos de artículos que pretenden convencer a los lectores qué cambiar el estilo de vida producto de la perdida del poder adquisitivo es algo que tenemos que naturalizar. Así buscaron alentar al uso del ventilador en vez de aire acondicionado, a quedarnos en la pelopincho en vez de vacacionar en el verano, alquilar en vez de comprarse una casa, y ahora el colmo, invitan a los más pequeños a aburrirse en su receso de mitad de año de las clases.


"Antes de enrolarse en un complejo plan de actividades hay que tener en cuenta para qué son -o deberían ser- las vacaciones de invierno. Aburrirse, descansar, levantarse tarde, jugar al aire libre y estar con sus padres son algunos de los consejos de los expertos para que los chicos aprovechen mejor este receso" dicen en un fragmento del artículo.


Y en otro agregan: "Los especialistas les encontraron dos funciones principales a las vacaciones: desde el punto de vista sanitario, sirven para que los chicos se queden en sus casas durante las dos semanas más frías del año. También tienen la función de interrumpir en pleno invierno el ciclo de contagio de las enfermedades dentro del aula".


Por último y tras sortear las variables de actividades producto del ajuste, como dormir tarde, visitar un familiar, te ofrecen una última: aburrirse: "Como adultos tenemos que identificar y sortear el miedo que le tenemos al aburrimiento. Al vacío. Aburrirse es sano y productivo. Es en las vacaciones cuando se nos ocurren esas grandes ideas. La mente aburrida dura dos segundos, sobre todo en los chicos, porque enseguida busca algo en qué involucrarse."