Si hay un punto donde el anarco capitalismo proclamado por La Libertad Avanza -donde todo está a la venta, desde un órgano hasta un hijo- se escapa del plano teórico y pasa a la realidad es en el enfoque que tiene sobre la inversión en ciencia y tecnología.

Porque a los argentinos les dan orgullo sus científicos y los logros tecnológicos -como reactores, satélites y vacunas- que se desarrollan en organismos como el CONICET.

Privatizarlo -sin que se entienda bien que se quiere decir con eso- es atacar el corazón del CONICET, y uno de sus investigadores, Guillermo Docena, explicó cómo, en un giro fantástico del destino, se está cerca de terminar el desarrollo de una vacuna para atender a las personas que tienen alergia al pescado, justamente un tratamiento apropiado para el mismo Javier Milei, quien sufre de esa dolencia.