La baja de la edad de imputabilidad de los menores es un debate que en las últimas horas lo reverdeció el ministro de Justicia y Derechos Humanos, Germán Garavano, tras conocerse que se consideró "no imputable" a un menor de 15 años acusado de un robo y crimen en la localidad de Tolosa.

No es la primera vez ni la última que un gobierno ante la urgencia de un reclamo de ciertos sectores de la sociedad meta en el tapete mediático y político un debate de este tipo. Estas soluciones facilistas que provienen de la derecha pretenden crear la falsa ilusión que una medida puede acabar con este flagelo social.

La inseguridad es un tema profundo, con miles de aristas, y elegir justamente el sector más vulnerable que son los jóvenes que delinquen es un manotazo de ahogado digno de una clase de gobernantes que no buscan crear cambios radicales en la estructura social.

La delincuencia y los homicidios no van a desaparecer ni con más policía ni con cambios en el sistema judicial. Por la simple razón de que estas "soluciones" solo buscan penalizar a los autores de los hechos delictivos pero no buscan prevenirlas porque para prevenirlas hay que tomar medidas a largo plazo y las "soluciones" no se van a ver enseguida. Las mejoras en la educación, la distribución de la riqueza, las oportunidades laborales, el acceso a la vivienda y a la cultura son solo algunos de los ejes a fortalecer.

Los gobernantes no se preguntar ¿por qué un joven delinque? sino más bien se lo naturaliza como si la "inseguridad" hubiese nacido con el origen de las sociedades cual enfermedad a combatir y la cura, casi como un producto de televenta, es la mano dura sostenida por un sistema policial y judicial corrupto.

Hay un peligro manifiesto en este debate: la criminalización de la pobreza. Los números crecientes de casos de gatillo facil, la connivencia judicial y policial, los casos de abuso de poder, la precarización y la crisis en los sistemas carcelarios, parecen ser características que podrían aún más perjudicar a los sectores vulnerables de la sociedad.

La baja en la edad de imputabilidad de los menores no es un tema menor ni se debe tomar a la ligera. La sociedad en su conjunto debe profundizar sus conceptos. Hay medidas como esta, que tienen la mira en las elecciones y en los titulares de los diarios, que pueden desatar una crisis social aún más grave que la que evidenciamos hoy en día.