Las operaciones cada vez son más y más obvias y obscenas. Sucede que la evidencia es claramente rebatible, como este caso en el que Clarín y La Nación pusieron en boca de un político del gobierno una palabra que nunca dijo.

Axel Kicillof no dijo que la inflación es absurda, tal fue así, que los portales de Clarín y La Nación debieron corregirse, aunque nunca lo aclararon, claro.