El 16 de abril de 2012, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner anunció la decisión de que el Estado retomara el control del manejo de YPF. Mediante un proyecto de ley enviado al Congreso, el Ejecutivo estableció como "objetivo prioritario el logro del autoabastecimiento de hidrocarburos, y la explotación, la industrialización, el transporte y la comercialización" de los mismos. En el mismo proyecto se dispuso la creación del Consejo Federal de Hidrocarburos y la remoción de la totalidad de los directores y síndicos titulares y suplentes de la empresa Repsol.

La decisión del estado argentino fue tomada a partir de la política de vaciamiento, de falta de producción y de exploración, que sistemáticamente llevó adelante la gestión de Repsol YPF. Como afirmó la Presidenta en aquel momento: “de continuar con esa vía nos tornaríamos en un país inviable, por políticas empresariales y no por falta de recursos, ya que somos el tercer país en el mundo, luego de China y EE.UU., en reservas de gas", y agregó que el año pasado fue "la primera vez en 17 años que la Argentina tuvo que importar gas y petróleo".

El 2 de mayo, la Cámara de Diputados, luego de una jornada de debate histórica, convirtió en ley el proyecto de expropiación de YPF. Hoy asistimos a la etapa final de este capítulo con el tratamiento del acuerdo al que arribaron el gobierno argentino y la petrolera española Repsol, por la expropiación y el pago del 51 por ciento de las a cciones de Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF).

Los números hablan solos. Desde que el Estado tomó el control de la firma, hace exactamente dos años, la petrolera revirtió la caída en la producción de hidrocarburos acumulada durante los años previos e incluso consiguió aumentarla. Se están cumpliendo y hasta superando los objetivos propuestos cuando el Gobierno se planteó en 2012 la renacionalización de la emblemática YPF. En este prime período bianual de gestión estatal YPF logró conseguir inversión por 2000 millones de dólares, lo que ha permitido explorar nuevos yacimientos. El resultado son 20.000 barriles diarios extraídos de Vaca Muerta, que espera llevar a 36.000 antes de fin de año con la perforación de otros 140 pozos. En diciembre pasado, la producción de petróleo y gas  arrojó un importante crecimiento interanual del 8,7 y 11,4%, respectivamente.

En la actualidad el eje central se sus actividades esta puesto en conseguir la ansiada Soberanía Energética. Para ello Vaca Muerta, en la provincia de Neuquén,  será el eje del desarrollo de hidrocarburos no convencionales con el fin de lograr el autoabastecimiento, y quebrar con la histórica dependencia de las importaciones de combustibles.

 

Dip. Nac. Alberto Ciampini (Frente para la Victoria – Neuquén)