“Desocupado lector” (así inicia Cervantes su prólogo al Don Quijote), empezaríamos esta nota en Europa. Obvio, el capitalismo salvaje no genera distribución de la riqueza sino desempleo, gran concentración y el retorno de las oligarquías atenienses. A su vez, los argentinos son niños que pretenden una estrella, diría tal vez Henri Barbusse. No se conforman, aunque el bolsillo de la mayoría disfrute los avances del Gobierno. El PIB superó el 75 % y el de la industria el 105 %. Quizás falta bastante, pero la inclusión desborda de CFK como la lava de un volcán. Con la ingratitud que caracteriza a los humanos, se exige más.

Viene a cuento, pues un compañero columnista reprocha que algunos intelectuales que valoran al kirchnerismo no le formulen críticas. No es cierto: evitan darle armas al adversario. ¿Cómo discutir con políticos y medios para los cuales la pobreza actual iguala a la del menemismo? Preferimos narrar un hecho: en España muchas madres no vacunan a sus bebes contra el neumococo pues cuesta 300 euros (420 dólares); aquí la vacuna es gratuita, junto a otras 15. Decía Maquiavelo que un gobierno tiene derecho a incumplir promesas. CFK no promete: actúa.

Mes a mes avanza la inclusión social: en enero el Plan Progresar; en marzo, Recuperar Inclusión; en abril una ley de CFK para disminuir el empleo en negro; por ello, crece la tensión con el establishment. Y la sobrellevan groseros voceros que sienten a este proyecto su enemigo. El gremio del Momo Venegas tiene 49 % de peones agrarios en negro; el gastronómico Barrionuevo el 34 %; y las amas de casa caceroleras ocultan al 75 % de sus empleadas domésticas (620.000), que pululan en negro, sin aguinaldo, vacaciones ni jubilación. Qué gente dadivosa. Ahora  la ley exige ART y pago por cuenta sueldo. Adiós, precariedad.

Como aporte, incomoda que España, con su crisis y el actual gobierno pro franquista, posea tres IVA. El total iguala al nuestro, pues aumentó allá del 18 al 21 % y es el más alto de Europa. Aquí lo subió Cavallo hace 19 años “por breve lapso” y es el 2do. más alto de Latinoamérica.

En España, el superreducido (4 %) se le cobra a productos de primera  necesidad alimentaria y a medicamentos, libros, etc. Y el reducido (10 %) es para el resto de los alimentos y una larga lista. Incluso Paraguay posee un IVA del 10 % para la canasta familiar. ¿Y en Argentina? No existe. ¿Por qué los vulnerables pagan aquí un 21 % de IVA en todo, y quizás ese dinero subsidia a escuelas privadas o a trigueros con 4x4?

Al lado de esta justificada duda, aclaremos que la tardía y bienvenida ley dictada para regular el trabajo en negro, la debe aplicar antes que nadie el Estado. Alegó Tomada, Ministro de Trabajo: “El Estado hace lo que puede”. No. Debe dar el ejemplo, pues la luz es para todos. Ya que es usted peronista, aquel líder apuntó el 1° de mayo de 1951: “Las políticas y las economías que no mejoran la situación social no sirven”.

Al margen de ello, en diez años de ritual denigratorio opositor, ni una tapa de medios hegemónicos elogió alguna medida. Cada día reparte el Grupo Clarín su pasquín gratuito “La razón”. Títulos y notas contra el Gobierno. Elige perder plata vaciando las mentes. La ola neoliberal pide ayuda estatal a “quien lo merece”. No a “vagos”. Y los opositores callan mientras la falacia corporativa teje complots para desestabilizar. Creen que hay una sola política posible: el ajuste. O hubieran elogiado alguna decisión, de las cien progresistas en los diez años. Ni una sola.

El detonante lo provoca la CIA. Gene Sharp, en el libro que enseña a armar “golpes blandos”, dice que con francotiradores y falso pacifismo se logra engañar a un pueblo anestesiado por los medios. Venezuela  lo prueba. Esa clase media que se rebela, ¿por qué no lo hizo hace 16 años, con sólo 6 millones de niños en colegios? No le era útil, pagaba sueldos de hambre. En 2011 había 13 millones de niños en escuelas y la desnutrición bajó del 21 % al 3 %. Certifica Sharp la necesidad del apoyo mediático, “para manipular la realidad del país, empujarlo hacia su desastre y concretar la conspiración”. Con aval del doble lenguaje.

Aquí, el sometimiento usual al FMI (oficina de EE.UU representante de acreedores externos) concentró el ingreso en las clases poseedoras, a través de lo que las corporaciones piensan instaurar con otro gobierno: maxidevaluación (les falló en enero); anulación de controles de precios (fracasa con Precios Cuidados); congelar salarios nominales (fracasó por 11 paritarias al hilo, algo nunca visto antes); y liberalización de la fuga de dólares unida a las maniobras financieras. No se fundieron las empresas, al contrario: surgieron 200 mil más. ¿Y la inflación actual?

Es por la puja distributiva, difícil de controlar ya que al 72 % de las 200 mayores empresas del país las dirigen firmas extranjeras. Países que “odian la protección”, nos hacen perder al año a los subdesarrollados 30 mil millones de dólares por sus subsidios a exportaciones agrarias.

Por ahora, se acabó la trampa de las corporaciones pidiendo prestado dólares afuera para después estatizar la deuda privada, como Cavallo hizo en 1982. Lo cual haría el dúo Clarín-Massa. Además, la inclusión de las clases postergadas consolidó este proyecto y bajó la deuda con los acreedores privados un mil por ciento (de 95,3 % del PIB al 9,5 %).

Recordemos: cada gobierno se veía apremiado a pagar importaciones con las reservas, que caían. La secuencia: semifundido, el país rogaba créditos al FMI, que exigía alto interés, devaluación, bajar los salarios, jubilaciones, el trillado déficit fiscal y reducir el consumo. Lo intentaron en enero, pues controlan los nueve puertos de embarque en el interior. Pero la escasa devaluación los estorbó. Lección: regular no endeuda.

El vicegobernador Mariotto ha presentado un renovado proyecto para estatizar los siete puertos de la provincia y exportar los granos, tal cual pedimos en una columna. Recaudarían 30 mil millones de pesos más, que engrosarían el presupuesto educativo sin crear nuevos impuestos.

La derecha teme que cese el baile de ocho corridas bancarias desde 2007, por 85 mil millones de dólares. Sin la fuga integrarían reservas. Teme que se malogre la técnica del “golpe blando”, que ha aprendido de sus amigos del Norte y dio resultados en Honduras y Paraguay. La emplearon la clase alta y la Sociedad Rural el 12 de octubre de 1945, cuando pararon la ciudad pidiendo “dar el poder a la Corte”. Se frustró debido al inolvidable 17 de octubre. Teme que el Gobierno reestatice además de YPF, AFJP, Aerolíneas, Aguas y Correos, otras empresas estratégicas. Y teme al nuevo tren a Rosario, que desde 2015 llevará mercaderías al puerto de Buenos Aires: bajará los fletes de camiones.

Manipular. En un diario, contamos en “Una historia de avaricia” cómo pocos se apropiaron de campos y rentas hace siglo y medio, sumiendo al país en la pobreza. ¿Debido a qué? A la falta de regulación estatal. Con Perón, hubo. Pero en 1955 quiso gravar la Renta Potencial de la tierra y lo derrocaron. Luego nadie se atrevió. Ni Raúl Alfonsín, tras los insultos en la Rural. Créalo: MacArthur, Gral. de derecha, ocupó Japón tras la 2da. Guerra e implantó osado en 1947 la Reforma Agraria. Y no  fue llamado comunista. Aquí “el campo” lo habría linchado. Afirma ser “La Patria”, aporta apenas el 12 % del PIB y se cree patrón del país. Y odia a Chávez pues su reforma agraria otorgó 3 millones de hectáreas.

Patrones. A tal punto que Alfredo De Angeli, senador por Entre Ríos, al tratarse en el Congreso la Promoción del Trabajo Registrado pidió, recientemente, que la normativa permita el trabajo infantil durante las cosechas. Desea que en lugar de ir la escuela los menores de 16 años trabajen. Hace décadas que ocurre, con poco pago. Ahora lo pretende legal. Lo denunció Hugo del Carril en “Las aguas bajan turbias” (1952), y 15 años atrás se publicó que en Entre Ríos seguía la esclavitud del peón rural, con bajo salario y un almacén a precios carísimos. ¿Sabrá De Angeli que en Venezuela trabajan 6 horas diarias, 36 semanales?

El arma es la ilusión. Así manipulan. Le hacen creer a la gente frágil la  basura que desea oír. Nunca le sacan al que tiene para darles a otros. La España de Rajoy bajó los impuestos a las grandes fortunas. Y otro senador discriminador, Marco Rubio (de EE.UU y parte del Tea Party, del Partido Republicano) sirve de ejemplo. Igualó hace poco a nuestro país con uno comunista, Corea del Norte, y dijo que no existe “libertad de prensa”. Medios de aquí festejaron Y lectores crédulos aplaudieron.

Rubio olvidó que la Argentina es donde más agravian a un presidente. Sin peligro: una ley de CFK evita juzgar a las calumnias periodísticas. Pero la gente ignora que para aspirar a senador en EE.UU. uno debe reunir 5 millones de dólares mediante lobistas que exigen el retorno de favores. La financiación de cada elección en USA, según la Common Cause, es corrupta. Aquí, por ley de CFK, se da gratis igual espacio en la tele a los candidatos. La transparencia, opuesta al soborno de elites.

Aplauden a Rubio pues les irrita que arriben hispanos. Similares a los que el Tea Party expulsa de USA. Rubio aquí manipula las mentes de cipayos. De la clase media que compra en Miami y cree ser parte de la oligarquía. La que odia a los “cabecitas negras” y busca integrarse a EE.UU, pues esta sociedad no siente culpa alguna por los vulnerables.

En “Zelig” (1983), film de Woody Allen, una mujer gritaba “¡Linchen al pequeño judío!”. Aquí varios la imitan: “¡Linchen al negro de mierda!”.

Euclides, sabio matemático de la antigüedad, aseveró que “dos cosas iguales son iguales a una tercera”. Dijo que es “autoevidente”. Por ello, si bien a los racistas les duele, dos cuerpos blancos son iguales a uno morocho. Y los tres idénticos seres humanos. De carne, hueso y alma.

La patria es el Otro, dijo CFK. Hora de saber, como Voltaire, que quien piensa que el dinero lo hace todo, termina haciendo todo por el dinero.