Los médicos del galés Hospital Morriston, en la ciudad de Swansea, al oeste del Reino Unido, consiguieron devolverle su aspecto original casi por completo imprimiendo todos los implantes necesarios. Para hacerlo, los médicos emplearon escáneres con los que elaboraron un modelo en 3D del cráneo del paciente.


En la intervención quirúrgica, que duró ocho horas, tuvieron que romper los pómulos de Power antes de insertar las placas, sujetadas con implantes de titanio impresos en Bélgica. Según Powell, los resultados le han "cambiado la vida". "Pude ver la diferencia enseguida el día en que desperté de la cirugía", aseguró.


Esta no es la primera vez que se utilizan impresoras 3D en procedimientos quirúrgicos. En el pasado ya se habían empleado para corregir problemas congénitos, pero nunca para reparar fracturas del calibre de las sufridas por Power. La técnica usada durante su operación forma parte de una exposición sobre tecnología 3D que se desarrolla en el Museo de la Ciencias de Londres, bajo el título Impresoras 3D: el futuro.