Se trata de Jeff Dabe, de 52 años, proveniente de la localidad estadounidense de Stacy, en Minnesota, quien se dedica a competir en pulseadas profesionales aprovechando sus gigantescos brazos producto de una malformación genética.

Es el día de hoy que los médicos de la Universidad de Minnesota no han sabido explicar el hecho de que Dabe tenga los brazos más grande de lo normal, según informó el Daily Mail. En un momento pensaron que se trataba del síndrome del “hombre elefante”, pero resultó ser que no hay nada de malo con su cuerpo.

Lejos de lamentarse por tener unos bíceps de 49 centímetros de circunferencia y unas manos gigantes que sorprenden al mundo, el hombre aprovechó para hacer la diferencia en las competencias de pulseadas profesionales.

"Compito desde la secundaria. Los chicos del colegio me pusieron de apodo Popeye", concluyó Dabe.