El último 1 de abril, un hombre denunció que un perro había violado a un niño de cuatro años en la localidad de Irupana, departamento de La Paz, en Bolivia. El fiscal dio curso a la acusación e imputó tanto a la tía como al abuelo del menos, por complicidad.

Paola Barriga, la abogada de los familiares, describió una historia que "no tiene ningún norte".

La abogada defensora, Paola Barriga, denunció ante la prensa la insólita actitud de la Fiscalía: "Puede haber algún rasguño, que quizás inclusive el perro haya saltado, pero definitivamente no existe desgarro, no existe violación, eso ya se probó", aseguró la letrada.

"Un juez dictó medidas sustitutivas a la privación de libertad para los familiares del menor y les ordenó que no se acerquen a los testigos del caso. Pero... ¿quiénes son los testigos, otros perros? Es la más absurda de las historias que leí", se quejó Barriga.

“(La imputación) es ridícula, (el fiscal) no puede generar el delito de complicidad con un can, es incongruente y hasta mueve a risa”, dijo Barriga al diario paceño La Razón.