En una decisión que levantó polémica religiosa y política; el Gobierno austriaco decidió que el uso de burka- el velo que cubre íntegramente el cuerpo de las mujeres y sus rostros- no sea admitido en espacios públicos. 

También se llamó a limitar el uso de símbolos religiosos entre funcionarios para así garantizar la "neutralidad" del Estado y vetar ciertas campañas de proselitismo salafista (islamistas ultraconservadores).

"Creemos en una sociedad abierta que también está basada en la comunicación abierta: los velos integrales en los espacios públicos se oponen a eso y, por tanto, serán prohibidos", señala el texto firmado por el Ejecutivo. 

La coalición entre socialdemócratas y conservadores inició una serie de reformas económicas, educativas, de seguridad y para favorecer la integración antes de las próximas elecciones, que según los sondeos, estarían lideradas por el ultraderechista Partido Liberal (FPÖ). 

 "El Estado tiene la obligación de actuar con neutralidad ideológica y religiosa. Entre policías uniformados, jueces y fiscales se debe asegurar que se respeta esa neutralidad en el ejercicio de sus funciones", indica el texto del Gobierno.

Al mismo tiempo, el Ejecutivo austríaco reforzará los cursos de alemán y de "valores" para los inmigrantes y prevé retirar ayudas públicas a quien no los atienda.  Además de comprometerse a reducir "masivamente" la inmigración en un país- de 8,7 millones de habitantes- que en los dos últimos años recibió a 120.000 refugiados.