"El objetivo es propiciar el crecimiento económico con la meta central de crear nuevas plazas de trabajo", declaró el actual presidente brasileño, Michel Temer durante la inauguración de una reunión extraordinaria de su equipo económico para concesiones y privatizaciones. Y agregó que la convocatoria a privados se da ya que "el poder público no puede hacerlo todo". 

Se espera que el Gobierno de Brasil lance 25 proyectos de infraestructuras, que incluyen desde puertos, aeropuertos y carreteras junto con obras de saneamiento básico y tendidos de distribución de energía.

Entre ese megaplan, figura la concesión de las operaciones de los aeropuertos de Porto Alegre, Salvador, Florianópolis y Fortaleza junto con la oferta de la gestión de los puertos de granos de Río de Janeiro y Santarém (norte); que ya habían sido planeadas  por el Gobierno de Rousseff.

También figuran dos antiguos proyectos de ferrocarriles junto con las concesiones de áreas para la explotación de petróleo y gas; además de la construcción de dos nuevas represas hidroeléctricas.

Una de las pocas novedades en los planes del nuevo Gobierno es la inclusión de obras de saneamiento básico en los estados de Río de Janeiro, Rondonia y Pará, que ya habían estado en el foco público durante los Juegos Olímpicos.