Si bien hubo un "seguimiento desigual", el paro se hizo notar en Grecia. Con vistas del tercer rescate económico, el pueblo mostró su descontento.

"Nos sentimos muy traicionados. Parece un gobierno de derechas, la verdad", planteó uno de los manifestantes que reclamaba en la capital del país.

Algunos eligieron no asistir al trabajo, otros marcharon, no hubo transporte de colectivos ni subte, también se cancelaron vuelos y los barcos permanecieron amarrados parando la economía del día.

Tsipras llegó al poder  con la promesa de acabar con los ajustes impuestos por los acreedores internacionales. Sin embargo, la presión de la Eurozona y los rescates económicos atentaron contra esa posición.

En la manifestación hubo algunos momentos de tensión con bombas molotov y gases lacrimógenos. También se dieron incidentes en Salónica, la segunda mayor ciudad de Grecia.

El disparador



El paro de 24 horas coincidió con el regreso de los acreedores que deben desembolsar unos 2.000 millones del rescate y 10.000 millones para recapitalizar la banca antes del próximo 16 de noviembre.

Entre los temas candentes se hallan las ejecuciones hipotecarias, la cartera de créditos morosos de los bancos y las devoluciones a plazos de las deudas a Hacienda y Seguridad Social.